IA y criptomonedas ¿Son la fórmula secreta para el éxito financiero?
Los algoritmos serán la esperada democratización del sistema financiero o una trampa más de los activos digitales.
En 2025, la IA asumió un rol estelar en el mundo del trading de criptomonedas. Esta incursión, largamente anticipada, está transformando la economía digital de manera tan significativa que podría desencadenar una revolución comparable a la Neolítica, o, por el contrario, resultar en una estafa de proporciones piramidales, similar a la burbuja de las puntocom.
La pregunta que todos los analistas se hacen [y nadie se anima a contestar] es si los poderosos algoritmos que tonifican a la IA lograrán que invertir dinero se vuelva algo fácilmente predecible, o sólo conseguirán que este mercado sea tan volátil como el fentanilo (C₂₂H₂₈N₂O).
Es así como el trading basado en algoritmos utiliza recursos de IA avanzados para tomar decisiones a velocidades mucho más veloces que cualquier experto humano, a menudo ejecutando millones de transacciones cotidianas.
Los argumentos que avalan su adopción brindan justificaciones de sobra
Los llamados "bots de trading" ejecutan operaciones basadas en condiciones predefinidas, como fluctuaciones de precios o volumen de operaciones. Este proceso reduce los errores humanos y aumenta las ganancias en las operaciones de compra y venta.
Además, el software inteligente aporta la capacidad de identificar patrones atípicos. Ya que actúa rápidamente para neutralizar cualquier amenaza, un mecanismo que se vuelve esencial a medida que se expanden los ciberataques.
El mercado de las criptomonedas es muy dinámico y está impulsado por narrativas cambiantes, con millones de tokens en constante evolución. Mientras que los principales activos, como Bitcoin, Ethereum, Solana y Ripple, logran mantener su posición, varias monedas causan grandes olas que dejan la arena revuelta.
Los defensores de la esta unión sostienen que la combinación IA+cripto puede mejorar la eficiencia, accesibilidad y escalabilidad de las aplicaciones. No obstante, sin transparencia y responsabilidad, estos avances podrían ocultar riesgos considerables para los consumidores, inversores y la economía en su conjunto.
La mayoría de los modelos de IA que alguien podría utilizar, incluso los de código abierto, siguen estando centralizados y bajo el control de corporaciones que deciden cómo se entrenan, implementan y monetizan.
Pero también se podría decir, con justa razón, que estos sistemas de IA son tan buenos como los datos que consumen. Si la entrada está contaminada o sesgada, las predicciones pueden no solo estar equivocadas, podrían ser dañinas. Los inversores necesitan asegurarse de que las herramientas que utilizan se basen en fuentes de primera calidad y actualizadas continuamente.
Como señalan muchos expertos, el grueso de los algoritmos son como cajas negras, su funcionamiento interno es un misterio. Esta opacidad puede dañar la confianza y el cumplimiento de objetivos.
Además, generan una gran preocupación sobre equidad, supervisión y seguridad. De no mediar una regulación, esta nueva ola tecnológica podría exacerbar la desigualdad financiera, crear vacíos y presentar nuevos riesgos sistémicos.
Grandes líderes tech: entre la locura visionaria y la custodia avariciosa
Los líderes de las gigantes tecnológicas norteamericanas [valuadas en billones de dólares], se suelen dividir en dos arquetipos de CEO bien definidos: excéntrico fundador visionario o custodio. A continuación, sus principales rasgos.
Esta categorización se define en base al liderazgo que ejerce, los términos que utiliza en sus discursos, la forma en que comunica las ideas, su trayectoria y antecedentes, los valores que defiende y la accesibilidad que ofrece. Todo esto define como el mundo percibe la marca.
Por un lado, tenemos al “excéntrico fundador visionario”. Este grupo está encabezado por Elon Musk de Tesla, el difunto Steve Job, Jensen Huang de Nvidia, Mark Zuckerberg de Meta y Jeff Bezos, de Amazon. Es conocido por sus ideas audaces, enfoques distintivos aunque algo despóticos.
Son individuos muy personalistas, apasionados por sus productos, que ejercen un poder sin restricciones, ya sea por su fuerza de voluntad, su significativa participación accionaria, o ambas cosas. Además, suelen destacarse por su carisma y la convicción en defender sus ideas.
El segundo grupo es el del “custodio” integrado por líderes como Tim Cook de Apple, Satya Nadella de Microsoft, Bob Swan de Intel y Sundar Pichai de Alphabet, la empresa matriz de Google.
Poseen un alto grado de empatía, inteligencia emocional y capacidad de reconocer sus limitaciones.
Estos CEOs, de perfil más bajo y atuendo sobrios, son contratados para tomar productos ya exitosos y transformarlos en negocios aún más rentables. Su enfoque es más pragmático y orientado a la gestión eficiente y al crecimiento sostenido de la empresa.
Ambos tipos de líderes juegan roles cruciales en el éxito de sus respectivas compañías, aportando visiones y habilidades complementarias que impulsan la innovación y el crecimiento en la industria tecnológica
QLED versus OLED: la batalla eterna por alcanzar una imagen perfecta
No todos las pantallas son iguales, ya que cada marca está asociada a una tecnología distintiva que actúa como un sello de calidad. Por ejemplo, los televisores LG utilizan paneles OLED, mientras que Samsung responde con los QLED. ¿Cuáles son las principales diferencias y similitudes?
Diferencias:
Iluminación: Los televisores QLED (Quantum Dot Light Emitting Diode) utilizan puntos cuánticos inorgánicos para aumentar la pureza del color, garantizando imágenes vibrantes incluso en entornos muy iluminados.
Además, no contienen sustancias tóxicas como el cadmio, lo que los hace más seguros y sostenibles, asegurando una larga vida útil del panel.
Los OLED (Organic Light-Emitting Diode) emiten luz de manera independiente en cada píxel, lo que permite obtener negros profundos y un contraste superior.
Brillo: Las pantallas QLED entregan un brillo más alto, detalle que las vuelve aptas para habitaciones bien iluminadas. Los OLED, aunque tienen un brillo menor, destacan en ambientes oscuros gracias a su capacidad de componer negros perfectos.
Ángulos de visión: Los OLED tienen mejores ángulos de visión, manteniendo la calidad de imagen desde diferentes posiciones. Los QLED pueden sufrir pérdida de calidad de imagen cuando se ven desde ángulos extremos.
Similitudes:
Calidad de imagen: Los dos emiten una excelente calidad de imagen, con colores vibrantes y detalles nítidos en sus contornos. Tanto los OLED como los QLED están disponibles en resoluciones 4K y 8K, proporcionando una experiencia visual única.
Pergaminos: Algunos modelos de Samsung cuentan con la certificación Pantone Validated, que reconoce la precisión de tonos realistas y la reproducción fiel de matices. Para quienes disfrutan de los videojuegos, recursos como Motion Xcelerator y FreeSync Premium Pro reducen retrasos y cortes de imagen y una mayor fluidez en los movimientos.
El futuro de los Neo QLED: Va un paso más allá de los QLED ya que reemplazan los LED tradicionales por píxeles más pequeños y numerosos, lo que permite un control de la luz más preciso.
Con la tecnología Quantum Matrix, estos Mini LED se pueden atenuar en miles de zonas, lo que reduce el efecto fuga de luz o blooming. Así, logra una mayor definición de detalles, negros más profundos y un brillo máximo en niveles ideales para todo tipo de contenido.
La gran distopía de Apple
Aunque pocos lo recuerden, el spot publicitario '1984' [guiño a la novela homónima de George Orwell] fue proyectado durante el Super Bowl de 1984 para promocionar la computadora Macintosh 128K de Apple. La dirección, estuvo a cargo de Ridley Scott.
Se trataba de una apuesta crucial, ya que, tras varios fracasos consecutivos, representaba una de las últimas oportunidades para que la firma resurgiera bajo la dirección de Steve Jobs, quien finalmente, se marchó un año y medio después, para regresar triunfalmente en 1996.
El mismo, es considerado como una obra maestra de la publicidad. En 1995, The Clio Awards lo agregó a su Salón de la Fama y Advertising Age lo colocó en la parte superior de su lista de los 50 mejores comerciales.
En un ambiente opresivo, se muestra una pantalla donde el Gran Hermano, ejerce un control absoluto sobre los ciudadanos. La atleta inglesa Anya Major actuó como la heroína sin nombre, mientras que David Graham interpretó al dictador.